Fin de Semana en Big Bend National Park
Se acercaba el fin de semana y yo quería hacer algo diferente… agarrar calle y perderme. Eso a veces pasa cuando tienes tanto trabajo que hacer y has pasado una semana complicada. El mejor remedio para liberar el estrés del trabajo es agarrar las llaves de tu auto y hacer un viaje en carretera. Así que miré mi lista de lugares que quiero visitar en Texas y le dije a Delvy: “vamos para el Big Bend National Park.” Su reacción valía oro, pero me dijo mi palabra mágica… “vamos”.
Nos Fuimos Sin Pensarlo Mucho
El Big Bend queda a 441 millas (casi 7 horas) de mi apartamento, teníamos el plan de irnos al salir del trabajo. Así que fuimos por nuestras cosas, pero cuando vinimos a ver eran casi las 9 de la noche y a esa hora nos fuimos. Íbamos a llegar de madrugada, pero no importaba, íbamos tras la aventura. Salimos sin reservación de hotel, sólo teníamos en mente manejar hasta que aguantáramos y cuando ya no pudiésemos con el sueño, nos quedábamos en el primer hotel que encontráramos en el camino.
Pusimos el GPS y salimos, para a los 15 minutos darme cuenta de que dejé todas las memorias de las cámaras. Por supuesto que regresamos y empezamos el recorrido en carretera más tarde todavía. Tarde, cansados, estresados… las condiciones perfectas para querer acostarte a dormir, pero no, nos fuimos a aventurar.
Llegamos a Irán
Para YO no dormirme en el camino por la seguridad de todas las partes involucradas, él y yo… yo y él. Nos pusimos a contar venados a la orilla de la carretera, ya íbamos por el 87, no se nos cruzaba ningún carro por el camino y no podíamos con el sueño, así que a las 2 am nos pusimos a buscar hotel… y no teníamos ninguno cerca. Tuvimos que esperar a llegar a un pueblito llamado Irán para quedarnos en el “hotel” del pueblo, el Trail West Lodge. Al estar casi en la Conchinchina de Texas, el GPS no ayudó mucho, constantemente perdíamos la señal del teléfono por lo que nos perdimos par de veces, pero al fin llegamos. El hotel… bien gracias, resolvía para dormir par de horas y seguir.
Al despertar en la mañana, salimos y encontramos lo que imaginábamos, estábamos en el medio de la nada. Desayunamos en un puesto de gasolina, era lo que había y seguimos, estábamos a hora y media del Big Bend. El paisaje en la carretera no era nada de otro mundo hasta que te empiezas a acercar al Big Bend que te quedas de una pieza. Sólo teníamos un día y medio para ver el parque, teníamos que estar bien locos para manejar tantas horas para disfrutar tan poco tiempo de un parque tan grande. Así somos, locos, pero locos por la aventura y las nuevas experiencias.
Sábado
El Big Bend National Park queda en una parte remota al sureste de Texas, bastante lejos de las ciudades más cercanas. Es uno de los parques nacionales más grandes (el número 15), pero a la vez el menos visitado de Estados Unidos, tal vez por su ubicación. En poco más de 800,000 acres hay una gran variedad de actividades que puedes hacer como: senderismo, recorridos en bicicleta, observación de aves, montar caballos, explorar y hacer actividades en el río, ya que Texas termina justo en el Río Grande, límite entre Estados Unidos y México. Es por esto último que debes llevar tu identificación, preferiblemente pasaporte ya que tienes que cruzar el área de la patrulla fronteriza.
Llegamos al parque, fuimos directo al Visitor Center, para que nos ayudaran a diseñar el plan para poder maximizar nuestra corta estadía. Allí nos enteramos de que había un hotel en el parque, ideal para nosotros, pero estaba lleno. Si te quiere hospedar en Chisos Mountains Lodge debes reservar con casi un año de anticipación ya que tiene demasiada demanda y sólo cuenta con 72 habitaciones o la otra alternativa es acampar, tienen áreas designadas y muy bien preparadas para esto.
La mejor manera de explorar y disfrutar el parque es caminando, pero definitivamente te tienes que mover en auto, te toma más de una hora cruzar de un lado del parque al otro. Prepárate para disfrutar del desierto, las montañas y del impresionante Río Grande.
Salimos del Visitor Center directo a nuestra primera sesión de senderismo, una ruta moderada, el Lost Mine Trail. Subimos hasta el Lost Mine Peak, nos tomó más de hora y media el subir la montaña, pero llegas arriba y el paisaje te roba el aliento. Fue una caminata relajante ideal para disfrutar del silencio, la paz o el cántico de las aves. Al bajar la montana tuve un encuentro cercano con varios venados. De ahí nos fuimos al área de Chisos Basin para ver Chisos Mountain desde donde puedes disfrutar de la espectacular vista del desierto de Chihuahua. Luego fuimos a cenar en el restaurante del hotel y terminamos el día viendo el atardecer cuando pasamos por The Window.
Habíamos reservado un hotel mientras cenábamos, pero ni idea de lo que íbamos a encontrar, esperábamos correr mejor suerte que con el hotel de Irán. Fue así como nos dirigimos a Terlingua, un pequeño pueblo fantasma con muy pocos habitantes que queda al oeste del parque. Nos alojamos en Big Bend Resort & Adventures, de resort sólo tenía el nombre, pero era mejor que nada. No teníamos idea de donde estábamos metidos, todo era demasiado oscuro.
Domingo
La mañana siguiente despertamos en el viejo oeste, como en las películas de vaqueros. Que hermosa vista al abrir la puerta de nuestra habitación. Quedé fascinada con Terlingua, desayunamos, recorrimos en auto el pequeño pueblo y continuamos con nuestra aventura en Big Bend. Nuestro objetivo del día era llegar al Cañon Santa Elena y al Río Grande.
El Cañón Santa Elena es majestuoso, lo vas viendo por todo el camino. Que gusto me daba el estar allí y a la vez era inevitable el no pensar en lo que pasaban los mejicanos que arriesgan sus vidas para llegar a Estados Unidos cruzando ese río. Nos fuimos por la ruta panorámica Ross Maxwell, llegamos a la orilla del río para hacer el recorrido caminando hasta llegar al cañón. Logramos nuestro objetivo, así que estábamos listos para regresar a casa, esta vez había que manejar sin descanso porque teníamos que estar en la oficina a primera hora la mañana siguiente.
El Border Patrol Nos Detuvo
Salir del parque nos tomó más de una hora, pero para completar y así tener la adrenalina necesaria para continuar la marcha, nos detuvieron en el Border Patrol porque el bendito perro que tenían marco nuestro auto. Estoy segura que nos “marcaron” porque hablé en español. Estuvimos tranquilos hasta que nos dijeron: “esto ocurre por tres razones: tráfico de drogas, tráfico de humanos o sustancias controladas.” Aunque estábamos seguros de que era un error, el show fue tan grande que pensamos que podía haber algo en nuestro auto y nosotros no sabíamos.
Para nuestro alivio, había un patrol boricua y se quedó hablando con nosotros en lo que inspeccionaban nuestro auto de arriba a abajo. Obviamente, no encontraron nada, pero pasamos un buen susto, ya pensábamos que nos iban a dejar presos en la “Conchinchina” de Texas. Para terminar nuestra aventura, hicimos una última parada en Fort Stockton para un late lunch y luego empezamos el viaje de regreso a casa.
El parque tiene una gran cantidad de senderos para caminantes de todo tipo. Las carreteras están bien pavimentadas y los caminos en tierra bien identificados. Puedes recorrer el parque por tu cuenta o con servicio de guía que puedes coordinar de antemano o una vez llegues al parque. Puedes visitar el parque durante todo el año, pero siempre es bueno que consideres las temperaturas, los meses más calurosos son mayo y junio y los meses más concurridos son marzo, abril y durante las vacaciones de invierno.
Aunque nuestro viaje no fue uno bien planificado porque decidimos ir dos días antes y no hice nada de investigación por falta de tiempo, lo ideal es que lo planifiques bien y te prepares ya que es un parque bastante solitario, las temperaturas cambian bastante y no consigues comida fácilmente. Para llegar a los pueblos cercanos debes manejar bastante, por lo que te debes preparar con suficiente gasolina, agua, aceite, cualquier equipo que tu auto necesite y comida. Hay tiendas dentro del parque, pero con inventario limitado, así que no te arriesgues. Nosotros llevamos meriendas y comimos en el restaurante del hotel, pero si quieres conseguir donde comer fuera del parque debes manejar hasta Alpine, Fort Stockton o Del Rio.
Aunque sólo pudimos hacer un recorrido de un día y medio, lo pasamos muy bien, el clima era ideal a finales de febrero ya que caminamos mucho y no sudamos nada, en algunos momentos hasta frío nos dio.
En mi lista de deseos tengo el visitar todos los parques nacionales de Estados Unidos y el tener esta experiencia en Big Bend me refuerza más ese gran deseo. En mi próxima visita haré la ruta del Grapevine Trail y me gustaría recorrer el río en una canoa o kayak.
Costo de entrada: $20 por vehículo por un pase de 7 días
$10 motoras o bicicletas
$14 por noche para acampar
Alternativas de alojamiento: Chisos Mountains Lodge
Acampar o RV
¿Haz visitado algún parque nacional? ¿Cuál es tu favorito?
Nos vemos en el camino. ¡VivaViajar!
Wendy Lozada
diciembre 2, 2017 @ 5:25 AM
Excelente me facina lo que haces y a la misma vez viajo con tus letras. Exito
Liza Viera
diciembre 15, 2017 @ 7:53 PM
Muchas gracias Wendy, esa es la idea, que me acompañen en los viajes! Un abrazo!
Esta
abril 27, 2020 @ 10:00 AM
Hola, me ha encantado tu aventura, no conocía este parque , ni siquiera lo había escuchado nombrar, buscando lugares remotos de Estados Unidos me he encontrado con tu artículo. Felicidades, me ha encantado.
Liza Viera
mayo 18, 2020 @ 6:56 PM
Saludos! Que alegría me ha dado leer tu mensaje. Que bueno que te gustó. Pon ese parque en tu bucket list, te va a encantar. Ojalá todo esto termine pronto para poder seguir conociendo y disfrutando nuevos lugares. VivaViajar!
María reyes
septiembre 6, 2021 @ 1:43 PM
Gracias por describir todo sobre tu paseo a parque Big bien que me va servir mucho voy a prepararme bien y planificar mi viaje próximo saludos desde Houston tx
Liza Viera
octubre 17, 2021 @ 12:00 AM
Hola María! Que gusto que mi artículo te haya ayudado. De seguro pasarás unos lindos días de aventura en el Big Bend. Estoy deseos de volver! Que viva viajar!